Tailandia, 8 de Julio (domingo?) de 2012: Chiang Mai


Tocaba día de templos, y aunque habíamos pensado en coger un tuktuk para que nos llevara, al levantarnos vimos que no había sol y la temperatura no era muy alta, así que decidimos caminar y de esta manera íbamos también conociendo el pueblecillo (pueblecillo = 700.000 habitantes en la zona, la ciudad más grande del norte de Tailandia). 

En internet había conseguido un mapa un poco arcaico en el que tenía toda la pinta de haber dibujadas solo un 40% de las calles, y venían señalados unos 10 templos por toda la old-city (dentro de las murallas). Marqué los 6 más importantes, que estaban todos desperdigados por la zona, y nos pusimos a caminar. Y antes de llegar al primer templo ya habíamos entrado en otros 3 que nos encontramos en el camino, y no venían marcados en mi mapa.



En uno de los templos, al salir, me saluda un hombre que estaba ahí fuera cuidando del templo, y nos ponemos a charlar. Nos dice que al dia siguiente hay una ceremonia con monjes en ese templo, que nos lo recomienda. También me dice que es de Samui, que justo es donde vamos al día siguiente, y que es una isla muy cara, que tenemos que ir a Panghan o a Ko Tao a hacer snorkel.

Vimos un montón de templos: entrar, descalzarse, verlo, fotos, salir, caminar, otro templo.
Yendo por la calle vimos hacia la izquierda el tejado de otro templo, y nos desviamos para entrar. Era un templo que no estaba arreglado, así muy viejito y antiguo, y solo había unos nativos de allí en un caseto a la derecha, y al otro lado otra casa alargada donde había un monje en una silla leyendo o cosiendo o algo. Mientras investigamos el chedi aparece de la nada un perro tamaño medio-grande, sarnoso, le faltaban trozos de pelo, y empieza a ladrar, todo agresivo. Yo salto hacia atrás del susto, me quedo inmóvil buscando algún sitio al que encaramarme y que el perro no llegara, mientras paralelamente el monje se levanta a espantar al perro.  Y el perro le hizo caso y se marchó.

Después de esta experiencia, seguimos haciendo un par de fotos y nos fuimos ya a por el siguiente templo.


Este otro es el más grande y bonito y fotografiado de la ciudad. Tan grande que incluso tenía un parquecillo con mesas y sillas de piedra, y un montón de frases motivadoras (o refranes, o dichos) en tai y en inglés, colgados de los arboles. Nos sentamos ahí a descansar, con el fresco y los gallos cantando (y sueltos).


Eran las 13 y decidimos que podíamos ir al hotel a darnos un baño en la piscina. De vuelta vimos otros dos templos más, cansadas estábamos ya, menudas panzadas a templos. Y nada, llegamos, bañador y a la piscina.




Comimos en el Art Café, que esta en la plaza de Ta Phae  Gate. Resulta que además estaban poniendo el mercadillo del domingo ahí en la plaza… pero pasamos sin pararnos. Unos tallarines a la carbonara, con jamón, champiñones y trozos de tomate natural por apenas 4 euros.

Después de una merecida siesta, bajamos al mercadillo a eso de las 18:30. MENUDO MERCADILLO!. Después de la decepción del night bazaar, este molaba un montón. Ropa, comida... No había nada de falsificaciones (que en el night bazaar si). Multitud de cosas. Y no era solo la plaza, sino también “nuestra” calle (es la calle ancha, y nosotros estamos en un callejón de la calle ancha a 30 segundos andando). Entera, multitud de gente. Muy muy recomendable.

Y a las 21 volvimos al hotel a ducharnos y cenar y descansar, con todas nuestras bolsas de las compras debajo del brazo. Definitivamente es el mejor sitio para comprar, y hay muchas cosas que luego no encuentras en ninguna otra zona de Tailandia.