¿Cómo? ¿"Final del viaje a Japón"? Pero, ¡si es la primera vez que escribes de ello!



Pues sí, totalmente cierto. Creo que es la primera vez que digo en el blog que me he ido a Japón (en twitter sí que lo había comentado, ah, ¿que no me seguís?).




No va a ser un post muy largo. Aún no tengo muy claro cómo escribir sobre este viaje. No he escrito diariamente porque no he tenido tiempo para ello; solamente he estado 10 noches, así que he pasado una media de 11 horas fuera de casa. Pero supongo que en las próximas semanas iré escribiendo el diario, dando datos, contando impresiones. Además que tengo un par de posts sobre India aún pendientes de publicar...

Aunque sí que puedo hacer ahora mismo un pequeño adelanto de esas impresiones.



Después de haber estado el mes pasado en India, se me hace muy difícil no comparar los dos países. Es curioso darse cuenta de cómo no tienen nada que ver, pero aun así hay algunos puntos de conexión entre ellos (esto para otro post).

Japón es un país tranquilo y fácil pero lleno de turistas. Es algo que me ha decepcionado mucho. Tantos turistas hacíamos que aquello pareciera una romería, como estar en un parque temático, más que en un lugar en el que la gente desarrolla su día a día. Sé que son inconvenientes de viajar en verano, pero es algo que ha ensombrecido bastante el viaje.


Voy a decir algo con lo que supongo que mucha gente no estará de acuerdo, pero aunque los templos son bonitos, están tan sumamente cuidados y reconstruidos que pierden parte de su "autenticidad".



Antes de ir había visto tantas fotos y leído tanto de Kyoto y alrededores que llegar y verlo no me ha aportado nada nuevo. Sin embargo el templo de Higashi Honganji, al que fuimos de casualidad y del que poco había leído me encantó.



De Tokyo, qué decir.... a pesar de la cantidad de gente que hay por todos sitios (en serio, ¿cómo puede haber tanta gente por la calle a cualquier hora del día?), me ha gustado mucho.

Me ha sorprendido que, aun con tanta gente, se ven pocos grupos de personas por la calle. Cada uno se dirige a su trabajo, casa, o donde vayan solos, sin hablar, sin pararse, dentro de su burbuja individual.



Me ha sorprendido también la cantidad de rascacielos que se alterna con edificios más bajos. El nivel de ruido que hay en la calle (pero no el ruido de India, sino ruido de música, de las maquinitas, de los pachinkos, de los carteles publicitarios, los trenes...).



El consumismo atroz (en todas sus acepciones) de la capital. No solo compras de objetos, ropa, comida (qué carísima es la comida!), sino también la compra de diversión.



Y sobretodo me he sorprendido a mi misma disfrutando (y pagando) de esa diversión, de los karaokes, las salas de juegos, los neones, cruzando Shibuya una y otra vez.



Ha sido un viaje diferente a lo que últimamente estoy acostumbrada a hacer. Pero aun así, el balance ha sido positivo.

Como he dicho al principio, ya contaré más cosas más adelante y más detalladamente.

De momento que sepáis que he vuelto y que tengo muchas cosas por contar ;)



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