Menudo día nos espera!!

No hemos madrugado excesivamente porque no queríamos ir a desayunar a la lonja de Tsukuji, y por supuesto que a la subasta de atunes (que hay que estar a las tres y media de la madrugada allí haciendo cola) tampoco, así que a las nueve bajábamos en la parada de la yamanote de Shimbashi, para ir caminando hasta la lonja.

Nos perdimos. Mucho. Esto del gps no es lo mío. Además pregunté a un grupito de chicas jóvenes y me dijeron que quizás no deberíamos ir andando porque venía un tifón. A cuadros me quedé :|

Pero bueno. Después de encontrarnos, llegamos a la lonja. Estaba cerrada aún, así que según un mapa que cogimos allí mismo (está muy preparado para el turismo), nos fuimos a hacer tiempo a los puestecillos de comida, que estaban a reventar.

Me encantan estos lugares con este estilo asiático, aunque claramente las condiciones de higiene aquí eran mucho mayores que las de cualquier otro mercadillo en que haya estado... Paseamos entre la multitud de bares que ofrecen sushi y demás platos, todo fresco y recién comprado en el cercano mercado.


A las 10 abrían la zona de la lonja-mercado, así que, intentando que no nos pillaran las máquinas que usan para descargar los camiones, llegamos (indicados por varios policías), a la puerta por la que se podía acceder a la lonja. Y nos pusimos a la cola tras un montón de turistas.

 

Al entrar, más policías te iban dirigiendo a diferentes pasillos, para repartir a todos los turistas por todo el mercado y que así no nos apelotonáramos en el mismo sitio todos. Muy buena idea, pero me sentí un poco una oveja.

Que ya sabéis que los mercados me encantan... pero en este, ya estaba todo el pescado vendido cuando entramos (sí, ha intentado ser un chiste).

Aun así estuvimos un gran rato por la zona del pescado.

Cuando cruzamos al área en la que se venden verduras y frutas nos quedamos algo chafados, porque apenas había 3 o 4 puestos abiertos. La sensación que me llevé del mercado en general es que, aunque lo quieran tener preparado para el turismo, a los trabajadores de la lonja no les hace nada de gracia que andemos por ahí dando vueltas.

Volvimos caminando por el barrio de Shiodome, otro distrito financiero más entre Ginza y Shimbashi. El destino era el mirador gratuito del edificio Caretta Shiodome, en la planta 46. Además la subida es en un ascensor acristalado. Una gozada. El vídeo lo tenéis en la página del blog de facebook.

Merece la pena subir: desde este mirador se ve la lonja y la zona de Odaiba en la que estuvimos ayer.
Eso verde de la izquierda es Tsukiji

Cogemos de nuevo la yamanote para bajarnos esta vez en la parada de Tokyo.

La estación está en obras (los laterales de la fachada), así que pocas fotos podemos hacer...

Nos dirigimos a la zona del Palacio Imperial (cuya entrada está caminando en línea recta desde la puerta principal de la estación de Tokyo).

El día estaba gris y amenazaba lluvia, pero casi lo agradecimos cuando vimos la enorme explanada sin una sombra bajo la que resguardarse, a la que llaman "los jardines".

Íbamos a haber caminado hasta el puente de entrada famoso, pero decidimos que, además de ir justos de tiempo (habíamos quedado a comer), no tenía pinta de merecer mucho la pena.

Con ellas volvimos a coger la línea yamanote hasta Ueno, y nos dispusimos a buscar un sitio para comer.

El elegido fue un izayaka (bar típico japonés) donde poder comer yakitoris (pinchos de diferentes carnes). Nos lanzamos además a pedir sushi (con el alga más gomosa que haya probado en mi vida) y sepia que, pensamos que estaba a la plancha.... pero nos llevamos una sorpresa al meterla en la boca y ver que estaba no sólo congelada, sino cruda.

Al terminar cogimos el metro a Asakusa. Ida: 280 yenes por persona. Vuelta, al mismo lugar, 170 yenes. ¿Tiene lógica alguna? No.

Nada más salir de Asakusa nos encontramos con un desfile en plan carnaval brasileño, que no sabemos a santo de qué venía... pero bueno.

Las calles estaban llenísimas de gente y casi no se podía caminar. Había incluso guardias dirigiendo el tráfico de peatones.

Entramos en "la" avenida de souvenirs por excelencia (Nakamise dori), la que lleva desde la entrada del templo Senso-ji hasta el pabellón principal.

El souvenir que no se encuentre aquí, es que no lo venden en Japón: figuras, máscaras, imanes, llaveros, pelucas, posters, juegos de té, de sake, bolígrafos... uf! Y, lleno de gente.

En el templo decidimos adivinar nuestra suerte (por 100 yenes): en una mesa había unos botes metálicos alargados, que había que agitar para después sacar un palito de él, con un número. Una vez tenías tu número, buscabas el cajón con tu número en un gran armario, y sacabas un papel. Y ahí, viene tu suerte escrita.

Si es mala suerte, cerca habrá un lugar con cuerdas donde tienes que atar tu papelito y dejarlo allí, con esa mala suerte, para que no se cumpla.

Volvimos a Ueno en metro, y allí decidimos caminar por el mercadillo de Ameyoko (entre las estaciones de Ueno y Okachimachi).

Además de mochilas, ropa, calzado y relojes, también hay muchos puestos de comida (cruda, pero no como la sepia... sino para cocinar), tanto vegetales como pescado. Una pequeña muestra de alimentos para aquellos que no hayan visitado Tsukiji.

Una vez acabamos nuestro paseo nos planteamos si coger el tren para una parada, o si seguir caminando. Decidimos caminar, porque lejos no está...pero la verdad es que tampoco hay mucho para ver por el camino.

Llegamos a Akihabara, que es el barrio de la electrónica, pero no también diría que lo es del "mundo friki": edificios de mangas, animes, y todo lo relacionado con ellos, de juegos, maids cafés... aunque también hay muchas tiendas (puestecillos más bien) dedicados y especializados en electrónica: videocámaras, kits de vigilancia, televisores, componentes varios...

Decidimos divertirnos como veíamos a los japoneses, así que probamos suerte en un gancho para conseguir un peluche, después jugamos a los tambores de Donkey Kong (siguiendo la música), y también al Guitar Hero. Me lo pasé muy bien, pero me dio algo de pena darme cuenta de que esta gente parece que no conoce la diversión sin dinero...

Después de pasar un buen rato, nos vamos al apartamento. Mañana es nuestro último día en Japón.

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