Visitando FenghuangMiércoles 23 de Agosto de 2017.

Todos los días pongo el despertador para levantarme (¿a que cuesta menos madrugar cuando es para hacer turismo?), aunque el gallo de enfrente lleva desde las 5 de la mañana cantando… que no sé si es mejor o peor que el despertador.

Salimos con toda la calma del mundo a pasear por Fenghuang. De hecho nuestra primera parada es la más importante y fundamental: una sucursal del Banco de China, para poder cambiar dinero, que ya no tenemos.

Cambiar dinero en China


En lo que llevamos de viaje hemos cambiado dinero en el aeropuerto (el día de la llegada, al siguiente de la cancelación y contratación de nuevos vuelos) y en el hotel de Beijing. Llegados a este punto, decidimos cambiar un poco más (estamos pagando todos los hoteles en efectivo porque no admiten tarjeta).

Entramos en el Banco de China, que es el que nos recomiendan para cambio de divisas. Una empleada del banco nos pide los pasaportes, porque hay que hacer fotocopias para poder cambiar dinero, y también nos da un par de formularios para rellenar (y vienen en inglés y chino). Los rellenamos y nos sentamos en una de las ventanillas a que nos atiendan (tienen una silla en cada ventanilla, así da gusto).

Visitando Fenghuang
Dentro del banco no puedo hacer fotos, así que os pongo varias de Fenghuang

Entrego el pasaporte y el dinero que quiero cambiar.

El empleado que nos atiende, un chaval jovencito, no habla inglés pero se intenta ayudar de un traductor de su móvil para pedirme “passport”, “paper, other” y “signature”. En cierto punto del proceso, llama a otro empleado, que le saca bastantes años. Supongo que un supervisor, ya que lo que hace es mirar a la pantalla y poner su dedo en un lector de huellas. Aunque creo que ya ha terminado, no…. Así que ahí sigo en la silla esperando, viendo al otro lado del cristal mi pasaporte y mi dinero.

Visitando Fenghuang

En la ventanilla contigua hay un extranjero, muy grande y muy rubio, con una mujer en apariencia china y que habla chino. Nos miramos y me dice en inglés que esto de los bancos en China, requiere su tiempo.

Tras otro rato esperando, se me acerca la señora de ojos rasgados amiga del rubio a preguntarme si ocurre algo, y le digo que no sé. Estoy aquí mirando pero nadie me dice nada. Se pone a hablar chino con el de mi ventanilla y me traduce que están verificando mi pasaporte, que tengo que esperar. Se ofrece para cambiarnos dinero con su pasaporte, porque debe haber algún problema con el nuestro por ser de España, pero el chico del banco no sabe qué es, y la mujer no puede ayudarnos más de lo que lo está haciendo.

Visitando Fenghuang

Seguimos esperando y tras media hora en el banco, conseguimos nuestros pasaportes, papeles y euros de vuelta… porque no nos pueden cambiar de divisa. Desconocen el problema, dice que quizás por ser españoles. Pero no nos dan más solución.

Al menos he aprovechado este rato para hablar con los dos extranjeros, él alemán y ella de Malasia con pasaporte alemán y que además habla chino. Están de vacaciones en el país y el chico alemán no sale de su asombro al vernos viajando solas por China sin hablar chino. Dice que cómo lo hemos hecho.

Visitando Fenghuang

Esa apreciación me hace darme cuenta de la suerte que hemos tenido a pesar de la mala suerte de viaje. Llamémoslo ying y yang, ya que estamos en China. Y añadamos una coletilla “…lo maravilloso e increíble de viajar: todo acaba saliendo siempre bien”.

Al final sacamos dinero con la tarjeta EVO en el cajero, sin saber el cambio que nos aplican (uno MUY MALO, dejad de usar EVO lo antes posible).


Paseando por Fenghuang


Hemos perdido bastante tiempo con este periplo bancario, así que ponemos el gps (que sólo nos encuentra al conectarme a mi red wifi de la tarjeta china) y vamos hacia la plaza de Fenghuang, donde hay un grupo de chinos ancianos en una especie de pelea de gallos musical. No solo porque primero canta uno y luego canta otro, sino porque suenan como si estuvieran torturando a un pobre gallo.

Visitando Fenghuang

Nos encontramos poca gente por la calle, comparado con toda la que había ayer por la tarde.

Y hacemos poco más que callejear y alguna compra puntual. No sabemos si comer en una pizzería al lado del río pero lejos del hotel, o volver donde ayer… al final decidimos ir donde ayer y pedimos los mismos noodles, unas patatas fritas que resulta ser patata sin cocer y rallada y otra cosa que no me acuerdo de lo que es.
Visitando Fenghuang

Esta vez no soy yo la acatarrada sino mi compi, con algo que más bien parece gripe

A eso de las siete y media salimos a que nos dé un poco el aire: sólo hasta el río, desde donde hacemos fotos a Fenghuang nocturno.

Visitando Fenghuang


Fenghuang nocturno


Haciendo fotos, se me acerca una niña de unos 7 años, respaldada por sus padres, que la empujan por la espalda disimuladamente para que hable conmigo. Tímidamente me saluda en inglés, y practicamos las 4 frases que sabe…porque en cuanto le pregunto algo diferente, se queda bloqueada.


Cuando finaliza su repertorio de frases, me da las gracias y sale corriendo hacia sus padres. ¿He dicho que estos chinos son muy majos?

Visitando Fenghuang

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