Tailandia, 13 de julio (y viernes!!): dia de traslados, Samui-Sukhothai.

Desayuno en la orilla del mar, un montón de bollería, zumo y té. Acabamos de recoger toda la habitación, y a las 8:30 vamos a pagar y a por el coche. Justo cuando vamos a salir de la habitación aparece un hombre en la puerta para recogernos las maletas. A pulso además, 16 kilos en cada mano.

Volvemos a montar en nuestro 4x4 con tapicería de cuero privado y James Blunt de banda sonora quejándose (You’re beautiful!). En unos 15 o 20 min llegamos al aeropuerto, que tiene más tejados que paredes

Hacemos la cola de facturación y caminamos a nuestra puerta de embarque: un techo soportado por varias columnas, sillones, sofás, snacks y bollitos, wifi gratis y 4 ordenadores. Y la pista de aterrizaje a 100 metros. Nos sentamos y esperamos… embarcamos 15 minutos antes de que despegara el avión.


Y qué avión. Pequeñajo con las hélices por fuera…. sentados por debajo de las alas. Pequeño también por dentro, dos columnas de 2 asientos cada una.



Nos han dado de desayunar cosas raras. Después de una hora y media hemos llegado a Bangkok. Paseo con el trenecito hasta la terminal, oto paseo por la terminal hasta llegar a la lounge privada de Bangkok Airways… y a comer un poco, que hay canapés tailandeses gratis.

Embarcamos en otro cacharro de hélices, pequeñajo, y nos dan de comer.

Después de hora y cuarto, llegamos al aeropuerto de Sukhothai. Si el de Samui era pequeño, para ver este. De playmobil totalmente. 


Nos viene a buscar un trenecito para acercarnos a la “terminal” (sala de estar), y si no nos llega a avisar una mujer, salimos del aeropuerto sin las maletas... porque dicho aeropuerto tiene una única estancia, en la que esperamos hasta que viene un carrito con maletas y un par de hombres te las van dando en la mano.



Esperamos a nuestro transporte, pero ha habido un malentendido y lo que el hombre del hotel nos quiso decir es que teníamos que coger unas vans por 300 thb por persona.

Pues nada, montamos en una minivan con otras 3 parejas más y un hombre solo…. Deja a las dos primeras parejas (a todo esto, el aeropuerto a 40 km de la ciudad), empezamos a entrar en la ciudad, muy vieja y descuidada. Deja al hombre este también en una calle, y solo quedamos nosotras dos, sentadas al fondo del minivan. Seguimos avanzando y paramos en una gasolinera a llenar el depósito, cosa que por supuesto hace sin parar siquiera el motor. Para qué, si luego tiene que encenderlo de nuevo.


La guesthouse (Thai thai Sukhothai)… pues muy bien la verdad. Nos costó 30 euros la noche, una habitación en la segunda planta, muy correcta. Está eso, en medio de la nada, muy rural, como si estuvieras en un camping pero con habitaciones y cabañas en lugar de tiendas de campaña.




Dejamos las cosas. Eran las 17:30, y ahí anochece en nada… asi que nos fuimos corriendo a inspeccionar el área. A 10 minutos andando por el arcén de la carretera llegamos a donde están las primeras tiendas y el 7-eleven. Caminamos un poco más y vemos un templo, así que entramos. Era un templo rodeado por un lago enorme, artificial, pero muy bonito. Y en ese minitemplo estaba la huella de buda, enorme, huella de gigante. Dimos un par de vueltas con nuestra amiga Muamaja, que así es como apodamos a una gatita rubia preciosa que se nos pegó a la entrada del templo y nos acompañó a lo largo del recorrido. Si avanzábamos, nos seguía, y si por casualidad se quedaba atrás decíamos “muamaja donde estas?”, y la gata venia. Una ricura :D.


Y empezó a anochecer asi que de vuelta nos metimos por un mercado colocado encima de un barrizal, mercado de comida, tanto cruda como hecha, para la gente de allí, totalmente autentico.
7 eleven a comprar agua y al hotel.