Viernes, 28 de Noviembre de 2014: Llegando a Toledo

Tras un viaje en tren que se me hizo eterno (posiblemente por las expectativas creadas de que iba a ser más corto), llegamos a la estación de tren de Toledo. Las ocho y media de la noche, y es, efectivamente, muy de noche. Y llueve un poco.

¿Coger un taxi, o ir andando? Según el mapa deben ser unos 15 minutillos andando... va, damos un paseo. Paseo que se convierte en casi media hora.. parece ser que no estaba tan cerca, y además no tenemos muy claro por dónde es (y mira que vamos con el gps en el móvil).

El hotel elegido, Hospedería Los Reyes, al lado de la muralla y a 200 metros (distancia tanto en horizontal como en vertical, menuda cuesta!) hasta la Puerta de la Bisagra.


Una vez instalados, salimos a buscar un sitio para cenar. En tripadvisor recomiendan el restaurante El Peñón, que está justo al lado... entramos a picar algo, alguna tapa o similar. Al final nos lian, o nos dejamos liar, no lo tengo muy claro, y acabamos pidiendo 3 raciones: ensaladilla, revuelto de bacalao y revuelto de salmón. Dos copas de vino, cerveza y agua. Dos descafeinados y una manzanilla. A la hora de pagar, 42 euros. Y decía tripadvisor que tenía menús baratos y se comía bien... mal mal mal.


Salimos y decidimos dar un pequeño paseo. Ascendemos (así, sin exagerar) por una cuesta hasta la Puerta de la Bisagra, muy bonita toda iluminada, y nos adentramos en el casco viejo, usando unas maravillosas escaleras mecánicas.



Empezamos a callejear, todo callejuelas estrechas oscuras y sin nadie paseando. Nos perdemos. Después de muchas vueltas nos cruzamos con una pareja encantadora (que no es que el resto de gente no fuera encantadora, sino que no había nadie más en la calle) que nos indica cómo ir a la plaza del Zocodover. Por fin llegamos y empezamos a bajar, todo cuesta abajo hasta llegar al hotel.


Toledo es bonita de noche, con monumentos muy bien iluminados, pero tela con los callejones…