Martes, 11 de Abril de 2017

Tener que dejar el apartamento antes (que realmente es la hora indicada de checkout) nos ha trastocado todos los planes de visita al Hermitage.

A las 10 bajo a dar un último paseo por la avenida Nevsky, de la que no sé si he puesto alguna foto, pero es anchísima: 4 carriles de ida y 4 de vuelta.

Me acerco también a sacar las entradas del Hermitage, para evitar colas posteriores. Tengo apuntado que a la derecha del edificio hay unas máquinas de venta de tickets, y allí voy. Estas máquinas se encuentran en la entrada de “tickets sacados online”. Una de las máquinas está apagada y la otra, al intentar comprarlos, me dice que “this service is unavailable. Sorry for the inconvenience”.

Vuelvo a la plaza, para comprarlas en persona, aunque tenga que hacer cola. Se entra por la puerta central, la más grande.


Dentro hay 6 máquinas más; 3 a la derecha y 3 a la izquierda. Y ninguna funciona. Y dos colas, de unos 15 minutos.


Plaza del Hermitage

Compro las dos entradas y me marcho.

Pensando más tarde, llegamos a la conclusión de que habría sido buena idea comprar las entradas al Hermitage en el edificio de enfrente, que también forma parte del Hermitage, pero que casi nadie visita (al menos estaba casi vacío cuando fuimos nosotros).

Nuestro anfitrión del apartamento (“host” los llaman en Airbnb) nos recoge a las 12 con las maletas para llevarnos a otro de sus apartamentos a dejarlas. Y luego nos acerca de nuevo al centro. No sé si os he hablado del apartamento: un quinto piso con ascensor (viejo pero que renovarán este verano), con cocina-comedor, habitación enorme esquinada con vistas a la catedral de San Isaac, y baño. 

Recomendable 100%.

Al igual que el propietario, una persona muy maja y de fiar. De hecho si queréis alojaros en su apartamento os recomiendo que os pongáis en contacto directamente con él, a su email (que no publico pero si me escribís, os mando).

Apartamento en San Petersburgo


A las 13 estamos entrando en el Hermitage, donde… no hay ningún tipo de cola. Pues vaya.

El ritual de todos los palacios en este caso se reduce únicamente a dejar abrigos y mochila en el ropero.

El acceso al Hermitage es espectacular. En este viaje hemos ido claramente de menos a más, y la escalera de mármol adornada con (adivinad) oro (o color dorado) es simplemente increíble.



Entrada al Hermitage

En el Hermitage se pueden ver un montón de obras de arte. La colección es muy extensa, pero me atrevería a decir que el Museo del Prado en Madrid tiene más y mejores obras que el Hermitage.

Aun así no se puede negar que el palacio es espectacular, y tienen varias salas en las que lo único a admirar es la estancia en sí.


Pasillos del Hermitage Salón de baile del Hermitage


El Hermitage, que como dije en el post anterior, es el palacio de Invierno del zar, está unido por pasarelas con otros dos edificios, que también forman parte del museo.


Cuadros en el Hermitage

Arte moderno en el Hermitage

Cuando llegó la hora de comer bajamos a una cafetería que está antes de pasar los controles de salida. Dos tristes y secas ensaladas comimos, por 500 rublos. Un día es un día…

Alguna vez he comentado que no soy mucho de museos y es cierto. Me gustan, pero soy incapaz de quedarme ensimismada admirando un cuadro o una escultura (bueno, alguna excepción hay).


El famoso reloj dorado de pavo real en Hermitage

Al final, mirando el plano, decidimos visitar unas salas en las que estamos casi solas… de arte asiático. Leches, ¿cómo me puede llamar a mi tanto la atención Asia?.


Arte asiático en el Hermitage

Cuando nos cansamos, nos vamos al edificio de enfrente. El de color amarillo. Justo a la izquierda del arco gigante hay una pequeña puerta semicircular de madera que es la entrada a la exposición de Impresionismo y Post Impresionismo.



Entrada impresionismo Hermitage


El edificio por dentro está totalmente renovado, con aires modernistas.

Y, como he dicho antes
, no hay nadie. Y además hay dos cafeterías: una antes de los controles y otra después.

El impresionismo me gusta mucho, así que disfruto mucho con los Monets, Manets, y sobretodo los Van Goghs que hay.



Cuadros impresionistas en el Hermitage

Al terminar, cansadas ya del paso lento que llevamos por el museo tras más de 4 horas, nos vamos a coger nuestro primer autobús en San Petersburgo al nuevo apartamento.

Aquí sí funcionó google maps, y acertamos de pleno. Además, el cobrador (porque en el bus va el conductor, conduciendo únicamente, y un cobrador, vendiendo los tickets) nos ayudó indicando la parada en la que teníamos que bajarnos.

Para hacer tiempo decidimos ir hacia el Neva, encontrándonos con una tienda de souvenirs que debe ser famosa, porque paró un autobús lleno de chinos que arrasó con las existencias del comercio. Nosotros también compramos un par de cosas…

Nos sentamos en una cafetería con wifi a hacer un poco de tiempo hasta la hora de recoger las maletas, y el resto de la historia…. en el siguiente post.
 

Siguiente post, ¡noche en la Flecha Roja!...

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