India de nuevo, parte 1

Martes, 27 de Diciembre de 2017

Templo Sikh y Fuerte Rojo de Delhi
No sé si alguna vez habéis tenido la suerte de regresar a un país que ya habéis visitado previamente.

Pisar de nuevo una mullida alfombra del aeropuerto de Delhi al salir del avión me provoca un mariposeo en el estómago: ¿el choque cutural será tan grande como el año pasado? ¿Amaré u odiaré India esta vez?

Los trámites son rápidos. Ya hemos sacado nuestra visa online, así que simplemente nos ponemos en la cola, enseñamos los papeles (el pasaporte y el papel "Indian E-Visa" en el que aparece que la entrada está concedida -granted) y nos dirigimos a recoger las maletas.

Llegan intactas -que suerte.

Cambiamos un poco de dinero y nos vamos a desayunar algo a una cafetería que encontramos casi en la salida a la calle. Aprovechamos también para comprar una tarjeta sim.
Es casi la una del mediodía cuando salimos del aeropuerto y buscamos nuestros nombres entre las decenas de indios que esperan a sus clientes.
Templo Sikh y Fuerte Rojo de Delhi

No encontramos ninguno que ponga nada que se asemeje a nuestro nombre. ¿Qué pasará?

Podía haber buscado un poco más, o esperado... pero no teníamos claro si podríamos volver a entrar a la terminal si salíamos totalmente de ella. Decidimos ponernos en contacto con Mónika, española afincada en India, mujer de Anil y cofundadora de la agencia de viajes "Anil India Jaipur", con quienes hemos contratado un coche con conductor para hacer todo el recorrido.

Llamamos, explicamos que no vemos al conductor, y en 30 segundos le tenemos ya a nuestra vera; estaba esperando en la puerta de al lado... y nosotros hemos salido por una lateral, por ir a la cafetería. Problema solucionado. De verdad que así da gusto viajar.


Templo Sikh de Delhi


Ponemos rumbo a nuestra primera visita en Delhi: Gurdwara Bangla Sahib, que posiblemente te suene más si os digo que es el Templo Sikh de Delhi.
Templo Sikh y Fuerte Rojo de Delhi

El conductor nos deja a la entrada, y nos explica que tenemos que cubrirnos la cabeza, tanto hombres como mujeres. Hemos de caminar por la calle donde nos ha dejado, y entrar en un cuarto que hay a mano izquierda, creado para que los turistas podamos dejar los zapatos, y donde te dan gratuitamente unos pañuelos naranjas con los que taparte.
Templo Sikh y Fuerte Rojo de Delhi

Nos dan unas pequeñas nociones sobre la religión: fue fundada en el siglo XVI, y ya es la novena del mundo en cuanto a seguidores. Cree en un único dios y se basa en varios principios básicos, como la igualdad entre personas (independientemente de religión, edad, género...), supresión del apego material, egoísmo, lujuria... y exaltación de valores como la humildad, amor, honestidad.
Templo Sikh y Fuerte Rojo de Delhi

Antes de entrar al templo hay que lavarse los pies en una pequeña "fuente" que hay en el suelo.

Pasamos por encima de ella mojándonos los pies, y subimos las escaleras en dirección al templo.

Este templo fue en sus orígenes un palacio, en el que vivía uno de los diez gurús sikh en el siglo XVII.
Templo Sikh y Fuerte Rojo de Delhi

En esa época hubo una epidemia de cólera, y el gurú decidió ayudar a los enfermos ofreciéndoles agua de su pozo (posteriormente el gurú murió de cólera también). Actualmente se ha convertido en un lugar de peregrinación y los sikhs se llevan agua del pozo cuando visitan el templo, ya que dicen que tienen propiedades curativas.

En el interior del templo encontramos mucha gente sentada cantando y otros caminando alrededor del libro sagrado del sikhismo (el original se encuentra en el Templo Dorado de Amritsar, uno de los lugares que quería visitar pero tendrán que esperar al siguiente viaje).

Paseamos entre la gente y salimos al gran patio.
Templo Sikh y Fuerte Rojo de Delhi

Es increíble a la vez que austero: todo en mármol, con una gran cúpula dorada, y un estanque lleno de agua en el que ver el reflejo del templo.

Son las tres y cuarto y no nos planteamos ni ir a comer.

Ponemos rumbo al Fuerte Rojo.


Fuerte Rojo de Delhi


India desde el coche es como un documental. Ves absolutamente de todo, en un instante, como si alguien pasara mil fotografías delante de tus ojos.
Templo Sikh y Fuerte Rojo de Delhi

Desde el aparcamiento del Fuerte Rojo de Delhi se puede tomar un trenecito eléctrico para llegar a la puerta, o caminar apenas 5 minutos siguiendo su imponente muro rojizo.
Templo Sikh y Fuerte Rojo de Delhi

Elegimos la segunda opción y en nada nos plantamos en la puerta de entrada, donde pagamos el ticket de acceso al Fuerte.

En la entrada, hay un montón de tiendas de recuerdos y pulseras. Muy variado todo.
Templo Sikh y Fuerte Rojo de Delhi

Me ha impresionado mucho más por fuera que por dentro. De hecho por fuera no he podido evitar recordar la sensación que tuve el año pasado al entrar en el fuerte Amber de Jaipur.
Templo Sikh y Fuerte Rojo de Delhi

No hay mucho en su interior: alguna exposición de armas, y mucho jardín.

Algunas indias me paran pidiendose hacer una foto conmigo. Como ya he aprendido, también me hago yo una foto con ellos.

Salimos y nos vamos al hotel.

Hemos elegido uno cercano al aeropuerto, porque mañana salimos pronto a tomar un vuelo a Udaipur.

Le pedimos al conductor que nos lleve a un supermercado a comprar unas bolsitas de té para desayunar y unos yogures para cenar. Nos para en unos puestos y ahí compramos ambas cosas. Palabra nueva para mi vocabulario hindi: dahi es yogur.
Templo Sikh y Fuerte Rojo de Delhi

Aun así, cuando llegamos al hotel, pedimos al servicio de habitaciones dos muslos de pollo tandoori.

Huele delicioso... pero mientras lo como me empieza a picar la boca, lengua, paladar y los labios. Bebo agua y pego otro mordisco. Me chupo incluso los dedos, aunque odio el picante.

Dios mío, ¿será posible que este amor-odio a lo que estoy comiendo sea una metáfora de mis sentimientos por India?


Datos prácticos:

Anil India Jaipur: como ya he comentado, es una agencia de viajes formada por Anil, indio residente en Jaipur, y Mónika, española, casada con Anil y viviendo con Anil en India. Podéis pasaros por tripadvisor para ver los comentarios que tienen, o entrar en su web a echar un ojo.

Gurdwara Bangla Sahib (Templo Sikh): la entrada es gratis y tardamos en verlo, tranquilamente, casi tres cuartos de hora.

Fuerte Rojo: Tardamos en verlo casi hora y media, contando el paseo del parking al fuerte y al revés.

Hotel: Colonel's Retreat at the airport: limpio, espacioso, con servicio de comidas. Desayuno incluido. Repetimos el último día (y no teníamos pensado).

Por cierto, si reservas hotel en booking desde este enlace, te reembolsan 15€ en tu tarjeta tras alojarte.



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