Tailandia, 9 de Julio (lunes quizás) de 2012: Koh Samui


Levantarnos, desayunar mirando la piscina con la suave brisa (y calor bochornoso) acariciando las tostadas. Pedir un taxi para las 9:30, acercarnos a cambiar dinero (porsiaca), furgoneta y al aeropuerto.


Al ir a facturar, la azafata me cuenta una historia para no dormir: son las 09:50, y resulta que nuestro vuelo (que sale a las 12, directo a Samui y con llegada a las 13:45) tiene overbooking. Asi que nos ofrece que salgamos en el de las 10:10 a Bangkok, luego hacer una escala de 45 minutos, y después coger otro a Samui que llega a las 14. Y que nos reembolsa 200 baths a cada una (5 euros). Le pregunto a la mujer si hay plazas libres ahora mismo en el de las 12. Me dice que si, pero que con el otro me reembolsan los 5 euros. Lo siento…. Pero no cuela. “tenemos gente esperándonos en Samui (cierto, los de recogida del hotel), es que preferimos directo, blablabla”.

En el aeropuerto de Chiang Mai hay una sala exclusiva para viajeros de Bangkok Airways, sin importar el tipo de billete (economy sirve). Entramos y: zumos, cafés, tés, cruasanes, una maquina de hacer palomitas, revistas, sofás, wifi gratis…

En el avión nos dan de comer un pollo que picaba, duermo un poco y llegamos a Samui.

El aeropuerto son cuatro techos de paja soportados por columnas. Sin paredes. Muy tropical. Y la pista de aterrizaje está al lado de los edificios, yo pensé que nos llevábamos alguna casa con el ala del avión durante el descenso.


Al recoger mi maleta veo que finalmente está rota... sin ruedas. Me tocará comprar una nueva.


Estaba el chiquillo del hotel esperándonos, nos montó las maletas en un Isuzu (marca de coches bastante conocida por estas tierras), un 4x4 superlujoso con asientos de cuero y en 20 minutos llegamos al hotel, Samui Paradise Chaweng Beach Resort and Spa. Nos reciben en recepción con un zumo y rellenamos los papeles.

El hotel tiene poquitas habitaciones, bueno, cabañas, porque son cabañitas. La nuestra es la primera saliendo de recepción, y 5 cabañas más allá está la playa. Es el hotel perfecto. Mejor unas fotos para verlo.



Dejamos las cosas y yo me fui a la playa con el snorkel, pero el agua estaba sucia y turbia, no vi ni un pez… pues nada, paseo por la playa, ducha y a cenar y dormir.