El titulo del blog no deja lugar a dudas: colecciono imanes.

Desde pequeña siempre había querido coleccionar "algo": desde cromos (unos cuantos álbumes tengo...), entradas de cine, libros, discos, gomas de borrar (con formas de animalitos o similares, no las cúbicas de milán), tazos (qué época la de los tazos!)... pero siempre dejaba las colecciones a medias. 

Los imanes cumplen sin embargo tres requisitos fundamentales: decoran (no acaban en una caja sin más), no son caros, y tienen una parte sentimental: me recuerdan lugares que he visitado donde he sido muy feliz.

Claramente no soy la primera persona que se da cuenta de lo bonito que es coleccionarlos... Por eso hoy varios viajeros han querido compartir con nosotros su imán más especial. Comenzamos!

Desde Una vida de viaje


Lugar de procedencia: Estupa de Boudhanath, Nepal.
Año: Febrero de 2015

Este imán quizás no sea el más bonito de mi nevera ni el que tenga detrás una gran historia por su manera de conseguirlo, pero es un imán muy especial, pues se trata de un imán de Nepal, de la gran estupa de Boudhanath, en la que estuvimos y disfrutamos y nos maravillamos de una manera increíble, y donde en menos 2 meses después se produjo el fatal terremoto que terminó con la vida de miles de personas y que destrozó numerosos templos y gran parte de la historia de este pequeño (y a la vez muy grande por sus buenas gentes) país. 


Y Boudhanath ha sufrido muchos daños y a su alrededor ha muerto mucha gente, por ello, este imán nos recuerda que nos pudo pasar a nosotros perfectamente pero seguimos viajando (dudábamos de si ir primero a Nepal en Febrero o si ir en mayo y al final fuimos primero a Nepal y durante el terremoto estábamos en China, pero estuvimos mucho dudándolo) y todo lo bueno que vivimos allí, y así nunca olvidaremos a su gente ni a su país.


Desde Dinky Viajeros

Lugar de procedencia: Japón.
Año: -

Aunque por el nombre de nuestro blog no sea fácil adivinarlo, somos coleccionistas y ya tenemos una pequeña gran familia de “souvenirs magnéticos”

Por esta razón, nos resulta muy difícil, casi imposible, decidir cuál es nuestro imán favorito ya que cada uno de ellos nos recuerda viajes y experiencias maravillosas. Así que hemos elegido nuestra última adquisición: el imán que nos trajimos de Japón, el pasado mes de abril.

Tal vez elegir el imán de una geisha no haya sido lo más original pero lo cierto es que tuvimos que hacer un ejercicio de contención porque en Japón todos, TODOS, los imanes eran chulísimos!


Desde Zona Viajero

Lugar de procedencia: Ruinas de Chichen Itza, México.
Año: 2013

Este es el imán que guardamos con más cariño ya que fue el culpable de que comenzásemos otra colección. Se lo compramos a unos artesanos mayas como parte de una negociación de esas en las que cuando estas comprándolo crees que te estas llevando un montón de souvenirs regalados como parte del trato, pero que cuando llegas a casa te das cuenta de que te han endosado el triple de cosas de las que querías. Al final, entre tanto viaje, cenote, excursión etc… no conseguimos que llegase en muy buen estado. Ahí es cuando aprendimos que las compras es mejor hacerlas justo antes de irse :) .

Aparte de esto lo guardamos como recuerdo del viaje que más nos ha gustado hasta el momento. Aunque no sea un destino especialmente exótico, si todavía no lo conocéis os lo recomiendo, creo que hay pocos lugares en el mundo que se adapten tan bien a todo tipo de viajeros y en los que sea tan fácil pasárselo bien.


Desde Imanes de Viaje

Lugar de procedencia: Londres
Año: - 

Colecciono imanes desde hace unos siete años, la colección empezó un poco de manera fortuita

En un viaje a Londres con una amiga me gustó un imán, lo compré, le vi algo solitario en la nevera y decidí comenzar a coleccionar imanes de cada uno de los viajes que hiciese. Así de sencillo. Lo que no pensé cuando comencé la colección es que se me iba a acabar yendo de las manos e iba a acabar abriendo un blog basado en ello

Además de los imanes que nos traemos de nuestros viajes, nuestros amigos también colaboran en nuestra colección y se suman a traerme imanes de sus viajes. Conclusión: Ahora casi ni me entran en la nevera, pero me encanta! Si tengo que escoger uno favorito me quedo con éste de Londres, fue el primero de la colección, así que le tengo un cariño especial.



Lugar de procedencia: Sidney, Australia
Año: Septiembre 2014

Como dice el mensaje del imán, para llegar a Australia recorrimos un laaaaargo camino

Muchos años de espera, muchas horas en los aeropuertos y muchos kilómetros tragando polvo y conduciendo por carreteras interminables. Nos hizo mucha gracia encontrarnos con este imán en Sidney y a pesar de lo duro del camino, mereció mucho la pena llegar hasta las maravillosas antípodas!!


Desde Ida y Vuelta

Lugar de procedencia: Capri, Italia
Año: Septiembre 2012

Este es uno de mis imanes favoritos ya que lo compré en una escapada a Nápoles, ciudad que me encanta. 

Desde allí fuimos un día a Capri, un lugar maravilloso lleno de olores y vistas dignas de los emperadores romanos que allí vivieron

Este imán me recuerda ese día estupendo y la belleza de esa tierra italiana.



Desde El Pachinko

Lugar de procedencia: Japón
Año:2006


Tenemos por costumbre comprar imanes para la nevera en todos nuestros viajes, es algo que nunca falla.

Muchos de ellos han acabado en mil pedazos desde que somos papás, ya que al ser tan coloridos a nuestros hijos les encanta jugar con ellos. 

No obstante, si nos tenemos que quedar con alguno especial son estos tres imanes que compramos en nuestro primer viaje a Japón en 2006

Fue la primera vez que viajamos al extranjero y que pillamos un avión. En aquel periplo nos picó el gusanillo viajero y desde entonces no hemos parado de viajar por el mundo. 



Les guardamos un cariño muy especial por todo lo que significan para nosotros.


Desde Coleccionando Imanes

Lugar de procedencia: Nyaungshwe (Lago Inle para los amigos), Birmania.
Año: 2013


Tengo imanes de todo tipo: de cerámica, plástico, los típicos flexibles de imágenes, de madera, de tela... pero este es el único que tengo de nácar (y si no lo es, se le parece muchísimo).

Fue amor a primera vista: entré en la tienda y en cuanto lo vi, lo cogí, y seguí recorriendo la tienda con él en la mano... por si acaso, que era el último que quedaba.

Traerlo hasta España fue otra odisea: vino guardado dentro de un búho de laca (comprado días antes en Bagan), el cual a su vez estaba guardado dentro del pequeño hervidor de agua que llevamos siempre en los viajes. Pero al final, llegó a casa.

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Muchas gracias a todos por compartir vuestro imán favorito, y, si tu también quieres compartir el tuyo (no tienes por qué tener un blog!), manda imagen, lugar de procedencia, año y pequeña historia a: 
coleccionandoimanes@gmail.com