Domingo, 30 de Octubre de 2016.
Hoy comienza un día intenso por Budapest.
Salimos del apartamento bastante pronto, y nos dirigimos caminando hacia el mercado Central. Es domingo, y por tanto está cerrado. Ya contábamos con ello; volveremos mañana.
Atravesamos un puente que creo que se llama Szabadság, en dirección hacia el famoso balneario Gellert.
Hace mucho frío. Aunque el cielo está totalmente despejado, el viento es bastante fuerte y la sensación térmica no es muy agradable. Cuando metí en la maleta los pantalones térmicos que me compré para Bruselas hace dos años, pensé que estaba pasándome de precavida... pero no. Bien que me vinieron bajo los vaqueros.
Vamos a subir al monte Gellert, nuestro plan para ayer, que tuvimos que cancelar al llegar con retraso el avión.
No sé en qué momento de la planificación del viaje se me ocurrió incluir el monte. Tardamos media hora en subir... a paso burra, cierto es, y parándonos bastante a hacer fotos. Tuvimos mucha suerte en este viaje; el otoño estaba en su máximo esplendor y los colores de los árboles invitaban a sentarse y simplemente disfrutar del espectáculo.
Por cierto que, nada más comenzar la subida, nos paramos en la Iglesia Rupestre (de 9:30 a 19:30, de lunes a sábado); una capilla excavada en la roca, con bastante encanto.
Aquí empezamos a ver las famosas estatuas de Budapest (mapa al final del post).
Llegamos al fin a la cima de la colina, en la que nos recibe la estatua de la Libertad, la cual, hasta 1992, era la estatua de un soldado soviético.
Eso sí, las vistas, para mi, lo mejor.
Aquí se puede visitar también la Ciudadela, construida en 1854 como puesto de vigilancia (1200 huf (unos 4€), hasta las 19:00). Nosotros decidimos no visitarla, así que comenzamos nuestro camino cuesta abajo, de nuevo hasta el Danubio, el cual volvemos a atravesar.
En paralelo a la línea 2 de tranvía, por un agradable y peatonal paseo, nos vamos encontrando con varias estatuas "famosas" de Budapest: el duende-príncipe-princesa (nadie se pone de acuerdo con qué es), con el castillo de Buda al fondo; el perro jugando; un pintor; y una estatua de Shakespeare (ésta fue sorpresa).
La última estatua que visitamos es la del Monumento a los Zapatos, al lado del parlamento. Son 60 pares de zapatos, dedicados “a la memoria de las víctimas que fueron fusiladas junto al Danubio por los milicianos de las Flechas Cruzadas entre 1944 y 1945".
De camino a la Basílica pasamos por otra estatua más (aunque esta la vimos ayer de pasada), la de Imre Nagy, político húngaro.
Frente a la Basílica, sin pretenderlo, nos topamos con otra estatua que habíamos visto en las guías (pero qué es esto, ¿la ciudad de las estatuas?), de un policía bonachón. Por lo reluciente de su barriga, apuesto a que hay algún tipo de leyenda que dice que si le tocas la barriga, volverás a Budapest/tendrás suerte/amor/dinero/salud.
Entramos en la Basílica de San Esteban, haciendo un donativo de 200 HUF cada uno (ni 1 euro). Justo va a comenzar la misa, así que no nos quedamos mucho.
Es el edificio religioso más grande del país, con capacidad para 8500 personas. De estilo neoclásico, se acabó de construir en 1905.
Siguiente parada, la Gran Sinagoga (3700 HUF -12 euros y poco- por persona, consultad horarios aquí porque varían). Es la segunda más grande del mundo por detrás de la de Nueva York. Consagrada en 1859, puede albergar hasta casi 3000 personas.
Dentro del recinto de la sinagoga se puede visitar también un cementerio judío y el Árbol de la Vida: un sauce llorón metálico en el que cada hoja lleva grabado el nombre de un judío asesinado durante el Holocausto.
Queríamos ir a comer al Frizi Papa, así que de camino paramos de nuevo en el Szimpla Bar para hacer fotos con luz (anoche fue imposible), con la suerte de que tenían montado un mercadillo de alimentos.
Algo que no hicimos, y deberíamos haber consultado, eran los días de cierre del restaurante al que íbamos.... porque sí, cuando llegamos, estaba cerrado. Al menos no fuimos los únicos sorprendidos: delante de nosotros caminaba una pareja con igual destino, que, al llegar y verlo cerrado, tuvo que buscar una alternativa.
La nuestra estaba clara: comer cerca del apartamento, en el Fatal Etterem de nuevo.
De esta manera pudimos pasar por casa brevemente tras comer, antes de dirigirnos hacia el Parlamento, donde teníamos reservada la visita a las 16:00. Las entradas las compramos con antelación (ojo que se agotan rápido) en la web Jegymester por 4000 HUF, visita en español.
La visita, que es guiada, dura 45 minutos, y se pueden hacer fotos en todos los sitios menos en una sala en la que la propia guía te indica.
No voy a contar la historia, ni dar mil datos: sólo decir que creo que esta visita merece la pena. Ah, bueno, y este dato sí lo doy: se accede por una entrada al norte del parlamento... lo cual implica rodear toooda la plaza. Nosotros íbamos justos de tiempo y nos tocó correr un poco.
Al salir era ya de noche, así que intentamos hacer alguna foto (algo complicado, ya que, apoyara donde apoyara la cámara, el fuerte viento que había la movía), y, nos fuimos caminando poco a poco hacia el apartamento.
Mapa de estatuas de Budapest (se abre en pestaña nueva)
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Hoy comienza un día intenso por Budapest.
Salimos del apartamento bastante pronto, y nos dirigimos caminando hacia el mercado Central. Es domingo, y por tanto está cerrado. Ya contábamos con ello; volveremos mañana.
Atravesamos un puente que creo que se llama Szabadság, en dirección hacia el famoso balneario Gellert.
Hace mucho frío. Aunque el cielo está totalmente despejado, el viento es bastante fuerte y la sensación térmica no es muy agradable. Cuando metí en la maleta los pantalones térmicos que me compré para Bruselas hace dos años, pensé que estaba pasándome de precavida... pero no. Bien que me vinieron bajo los vaqueros.
Vamos a subir al monte Gellert, nuestro plan para ayer, que tuvimos que cancelar al llegar con retraso el avión.
No sé en qué momento de la planificación del viaje se me ocurrió incluir el monte. Tardamos media hora en subir... a paso burra, cierto es, y parándonos bastante a hacer fotos. Tuvimos mucha suerte en este viaje; el otoño estaba en su máximo esplendor y los colores de los árboles invitaban a sentarse y simplemente disfrutar del espectáculo.
Por cierto que, nada más comenzar la subida, nos paramos en la Iglesia Rupestre (de 9:30 a 19:30, de lunes a sábado); una capilla excavada en la roca, con bastante encanto.
Aquí empezamos a ver las famosas estatuas de Budapest (mapa al final del post).
Llegamos al fin a la cima de la colina, en la que nos recibe la estatua de la Libertad, la cual, hasta 1992, era la estatua de un soldado soviético.
Eso sí, las vistas, para mi, lo mejor.
Aquí se puede visitar también la Ciudadela, construida en 1854 como puesto de vigilancia (1200 huf (unos 4€), hasta las 19:00). Nosotros decidimos no visitarla, así que comenzamos nuestro camino cuesta abajo, de nuevo hasta el Danubio, el cual volvemos a atravesar.
En paralelo a la línea 2 de tranvía, por un agradable y peatonal paseo, nos vamos encontrando con varias estatuas "famosas" de Budapest: el duende-príncipe-princesa (nadie se pone de acuerdo con qué es), con el castillo de Buda al fondo; el perro jugando; un pintor; y una estatua de Shakespeare (ésta fue sorpresa).
La última estatua que visitamos es la del Monumento a los Zapatos, al lado del parlamento. Son 60 pares de zapatos, dedicados “a la memoria de las víctimas que fueron fusiladas junto al Danubio por los milicianos de las Flechas Cruzadas entre 1944 y 1945".
De camino a la Basílica pasamos por otra estatua más (aunque esta la vimos ayer de pasada), la de Imre Nagy, político húngaro.
Frente a la Basílica, sin pretenderlo, nos topamos con otra estatua que habíamos visto en las guías (pero qué es esto, ¿la ciudad de las estatuas?), de un policía bonachón. Por lo reluciente de su barriga, apuesto a que hay algún tipo de leyenda que dice que si le tocas la barriga, volverás a Budapest/tendrás suerte/amor/dinero/salud.
Entramos en la Basílica de San Esteban, haciendo un donativo de 200 HUF cada uno (ni 1 euro). Justo va a comenzar la misa, así que no nos quedamos mucho.
Es el edificio religioso más grande del país, con capacidad para 8500 personas. De estilo neoclásico, se acabó de construir en 1905.
Siguiente parada, la Gran Sinagoga (3700 HUF -12 euros y poco- por persona, consultad horarios aquí porque varían). Es la segunda más grande del mundo por detrás de la de Nueva York. Consagrada en 1859, puede albergar hasta casi 3000 personas.
Dentro del recinto de la sinagoga se puede visitar también un cementerio judío y el Árbol de la Vida: un sauce llorón metálico en el que cada hoja lleva grabado el nombre de un judío asesinado durante el Holocausto.
Queríamos ir a comer al Frizi Papa, así que de camino paramos de nuevo en el Szimpla Bar para hacer fotos con luz (anoche fue imposible), con la suerte de que tenían montado un mercadillo de alimentos.
Algo que no hicimos, y deberíamos haber consultado, eran los días de cierre del restaurante al que íbamos.... porque sí, cuando llegamos, estaba cerrado. Al menos no fuimos los únicos sorprendidos: delante de nosotros caminaba una pareja con igual destino, que, al llegar y verlo cerrado, tuvo que buscar una alternativa.
La nuestra estaba clara: comer cerca del apartamento, en el Fatal Etterem de nuevo.
De esta manera pudimos pasar por casa brevemente tras comer, antes de dirigirnos hacia el Parlamento, donde teníamos reservada la visita a las 16:00. Las entradas las compramos con antelación (ojo que se agotan rápido) en la web Jegymester por 4000 HUF, visita en español.
La visita, que es guiada, dura 45 minutos, y se pueden hacer fotos en todos los sitios menos en una sala en la que la propia guía te indica.
No voy a contar la historia, ni dar mil datos: sólo decir que creo que esta visita merece la pena. Ah, bueno, y este dato sí lo doy: se accede por una entrada al norte del parlamento... lo cual implica rodear toooda la plaza. Nosotros íbamos justos de tiempo y nos tocó correr un poco.
Al salir era ya de noche, así que intentamos hacer alguna foto (algo complicado, ya que, apoyara donde apoyara la cámara, el fuerte viento que había la movía), y, nos fuimos caminando poco a poco hacia el apartamento.
Mapa de estatuas de Budapest (se abre en pestaña nueva)
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2 Comentarios
Argh Budapest, una de mis eternas pendientes... me entran muchas ganas de ir, por lo que leo en tus posts :-D
ResponderEliminarYo he quedado muuuy gratamente sorprendida, de verdad (será que venía de Japón algo desilusionada :P)
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