Domingo 13 de agosto de 2017

Ya que nada está saliendo como habíamos planeado (terremotos, cancelaciones de vuelos, diluvios universales...), decidimos al menos no madrugar. Así que son casi las 10 cuando salimos del hotel para coger el metro hasta la parada de Yonghegong.

Templo Lama de Beijing, aka, "lamasterio"


Este templo lama es el templo budista tibetano más importante fuera del Tíbet, y es realmente enorme.

Monasterio Lama Beijing

Fue construido allá en el 1600 como palacio para un príncipe (por eso supongo que tiene los tejados dorados, color reservado para el emperador y demás familia) y años más tarde se convirtió en monasterio.

Monasterio Lama Beijing

Por cierto que, con la entrada te dan una cajita de varillas de incienso, que la gente quema con devoción en los distintos altares, provocando una intensa y olorosa humareda.

Monasterio Lama Beijing

Paseamos por los edificios y patios durante casi una hora, y eso que no nos entretenemos mucho.

Monasterio Lama Beijing

De estos edificios me llamaron la atención dos: uno de ellos alberga una estatua de bronce enorme del fundador del monasterio (que como supondréis es una mezcla de monasterio+lama) y mesas para el estudio de astronomía y medicina, que se supone que es a lo que se dedican los monjes que aún viven aquí.

Monasterio Lama Beijing Monasterio Lama Beijing

En el otro, una placa del Guiness Record nos avisa de lo que encontraremos dentro: la estatua de madera de un buda más grande del mundo.

Monasterio Lama Beijing

No sé lo que medirá, pero sí que está hecha en madera de sándalo y que representa al Buda Maitreya, o sea, el buda que aún no ha llegado.

Monasterio Lama Beijing

Como queremos hacer muchas cosas hoy y no tenemos mucho tiempo, nos saltamos el templo de Confucio para regresar al metro y trasladarnos hasta la parada de Shichahai.

Los hutones de Beijing

Allí se encuentra un hutong (callejón) bastante famoso, Ya’er, que era el antiguo callejón del tabaco.

Beijing Hutong

No sé cómo, siendo un callejón tan famoso, no se me ocurrió pensar que estaría lleno de turistas, tiendas, y más turistas.

Beijing Hutong

Parando en varias tiendas fuimos dando un paseo (y algo perdidas, porque el maps.me no conectaba con el gps, así que tuve que poner internet con la tarjeta china para que funcionara…) por los hutongs en dirección a nuestra siguiente visita.

Beijing Hutong

Decir que por estos hutongs hay un montón de bici-rickshaws, que te dan un paseo por el barrio… habíamos apuntado precios orientativos, pero me alegro de no haberlo contratado: por varias calles nos cruzamos con diez o doce rickshaws seguidos. Deben hacer todos la misma ruta, y cuando se amontonan… pierde un poco la magia, creo yo.

Residencia del príncipe Kung

Como decía, caminando y caminando llegamos a la residencia del Príncipe Kung (en chino) o residencia del Príncipe Gong (en no-chino). Pagamos los 40 yuanes de entrada y accedemos a las dependencias de este antiguo palacio que ahora está tomado por multitudinarios grupos de chinos.

Principe Kung Palacio Beijing

Claramente estaba más abarrotado que la Ciudad Prohibida ayer, que ya es decir.

Principe Kung Palacio Beijing

Y cuando llegamos al parque (porque no tiene un jardincito el palacio, sino un parque en toda regla), eso ya fue el novamás de gente…

Principe Kung Palacio Beijing Principe Kung Palacio Beijing

Intentando llegar al Templo del Cielo, pero acabando en...


Dada la hora que era, y que queríamos llegar a ver el Templo del Cielo (porque mañana queremos ir a la Gran Muralla), huimos del lugar despavoridas, para pasar por varios hutones camino al metro.

Bajamos en la parada de Tiantandongmen, y, viendo la hora que es (casi las 3, y habiendo desayunado a las 7), decidimos ir al Pizza Hut, comer rápido, y antes de las 16 (que dejan de vender tickets) entrar en el Templo del Cielo.

Voy a ahorraros lectura: no nos dio tiempo a llegar al Templo del Cielo.

Así que nos dedicamos a pasear y regatear por el famoso mercado de la perla de Hongquiao (así se llama).

Me recordó mucho al MBK de Bangkok: aquello es un mercadillo en el que a cada paso los vendedores te acosan para que compres.

El regateo más salvaje de toda Asia


Cuando por fin nos decidimos a comprar algo, alucino con el regateo: piden 260 yuanes (30 euros) por un sello en el que tallan tu nombre o lo que quieras. Esta mañana en el callejón del tabaco pedían 230… le digo que nanai. Lo baja a 180, ella solita. Sigue siendo caro. Me dice que ponga precio yo… pues… bueno. 50 yuanes. Y acepta. ACEPTA!

Y así, con todo: un juego de té de 480 yuanes a 65, un cuenco tibetano de 360 a 75, una máscara de 450 a 40… empiezo a pensar que los primeros precios los dan un poco al azar, multiplicados por 8 o por 9...

Y de ahí, cargadas de bolsas, nos vamos al hotel.

Pearl Market Hongquiao Beijing

Por cierto que mañana tenemos que visitar la Gran Muralla y he contactado con unos cuantos coches con conductor que me dan precios de entre 500 rmb (68 euros) y 1100, por ir a Mutianyu (la zona de la muralla que queremos visitar), y volver al hotel.

Varios de ellos me han avisado de que ayer sábado y hoy domingo la muralla ha cerrado por fuertes lluvias, tormentas y demás…

Una reflexión, para acabar


Tengo la impresión de que la frase “te engañan como un chino” tiene base real (en términos generales).

Argumentos que lo avalan:

- De Jiuzhaigou no hemos encontrado apenas noticias en internet, cuando ha sido una desgracia bastante grande que en Europa habría repetido en los telediarios hasta aburrir.

- Ayer daban un sol espléndido y acabamos como sopas en la Ciudad Prohibida; hoy en cambio daban lluvias y no ha llovido ni una gota… Con estos precedentes no sabemos si fiarnos de las predicciones de accuweather, que dicen que mañana no llueve nada, o de las de páginas chinas (y conductores) que dicen que dan tormentas eléctricas y lluvia.

- Los regateos, como habéis visto, son increíbles, desconcertantes e incluso un poco intimidantes (ya veréis, ya).


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Quedamos con el conductor en que mañana antes de las 6:30 am, y viendo el tiempo con el que amanezca, decidiremos si ir o no a la muralla.

Bueno, esto parece que empieza a mejorar....¿o no?

Datos prácticos

Templo Lama: la entrada son 25 yuanes. Antes de pasar el primer arco (sin contar el de la entrada) hay un puesto a la derecha en el que te dan una caja con varas de incienso, incluidas en el precio. 

Me gustó mucho, muy recomendable.

Hutones de Beijing: los hutones son los callejones antiguos de Beijing. De antiguos.... tienen poco. Están muy arreglados y tiene pinta que una casa ahí vale bastante. Recomiendo caminarlos, además caen de camino hacia la residencia del príncipe Kung. Quitando los rickshaws de turistas, que nos encontrábamos por oleadas, estuvimos solas.

Residencia del Principe Kung: también llamada residencia del Príncipe Gong. La vimos un poco a carreras por la hora que era y porque ya estábamos cansadas. No está mal, aunque ahora, habiendo estado ya en Pingyao, no sé si la volvería a ver. Había mucha, muchísima gente... todos chinos. Occidentales no vimos ni a uno.



Mercado de la Perla: hay un par de restaurantes de comida rápida. Pero ojo, que en el pizza hut por ejemplo no venden agua.

El regateo ya habéis leído que es alucinante... no os achantéis y echadle morro: es lo que funciona en China. Para souvenirs, fue el mejor sitio que encontramos en todo nuestro viaje.


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