Viernes 8 de Julio de 2016

A las 7:30 estábamos bajando de nuestra habitación, descalzas, para dar los buenos días al perro y desayunar. Nos ponen unos plátanos, tostadas, piña y té negro. Bien rico. Y a las 9:30 nos recogía nuestro conductor   para comenzar el viaje a Periyar.

Atravesamos varias caóticas ciudades, y poco a poco el paisaje va volviéndose más verde aún, y la carretera más serpenteante y ascendente.

Paramos un par de ocasiones para hacer fotos. Una de ellas en una gran cascada.


A medida que nos acercamos a Periyar, comienza a haber más niebla y a medio lloviznar.




Tras 5 horas llegamos a Periyar, y vamos a comer a una pizzería que se llama Pizza Max. Pican un poco las pizzas, pero bueno.



Al acabar, hacemos el check in en el hotel, Periyar Woods. Es otra guest house. Entramos y en la sala de la entrada el dueño está viendo Waterworld. Nos invita a sentarnos con él y nos ofrece un té. No sé a qué esperamos, pero estamos 10 minutos sentados viendo la película, hasta que viene una mujer a la que manda subir una maleta.

La habitación es grande y limpia. Pero la puerta de acceso a la galería común tiene unos huecos importantes (en suelo y laterales) cuando se cierra. Por el de abajo creo que puede entrar hasta un gato (vale, quizás he exagerado. Pero un ratón, sí).

   

Llueve así que no nos vamos de tiendas. Pero iremos luego a ver el teatro Kathakali.

200 rupias la entrada, y hay sesiones de kathakali a las 19 y a las 20. Hemos llegado algo antes de que empezara (20 minutos) así que hemos visto cómo hacían un cancán con sacos de rafia y una cinta, alrededor de un hombre.



Después, ha empezado la función. Primero ha salido una mujer y han estado explicando y enseñando diferentes movimientos y su simbología: ojos, mejillas, cejas, manos… todo amenizado con música de un tambor. Las explicaciones creo que eran en inglés, pero no lo tengo claro, porque no se entendía nada (los videos llegarán cuando vuelva a España).


La segunda parte ha sido ya el teatro. Típica historia de amor tormentoso mezclado con un dios y un demonio que simbolizan el bien y el mal respectivamente.



Con música de tambor y chinchines, y cante en hindi (este seguro que no era ingles).

No es por hacer spoilers, pero al final el bien (el de verde) triunfa sobre el mal (el de negro).



Éramos los únicos occidentales de la sala.

Al acabar nos hemos hecho fotos y hemos dejado una pequeña propina.

Hemos dado un pequeño paseo por las tiendas de la zona, pero nada interesante. Me pedían 650 rupias por una máscara de elefante… y no le apetecía mucho regatear. Así que al hotel, que es de noche.