6 de Julio de 2016: Kochi

Aterrizamos en el aeropuerto de Kochi y recogemos las maletas. Tres vuelos las pobres ya, en poco más de 24 horas.

Nada más recoger la maleta hay un kiosco de Airtel donde por 500 rp  (unos 3 euros y medio) compramos una tarjeta sim con creo que 500 minutos en llamadas y 2 Gb de datos. Suficiente, por si tenemos que comunicarnos con el conductor estando fuera del hotel.

Este conductor al que acabo de nombrar, Prabhu, está esperándonos fuera del aeropuerto. Va a estar con nosotros durante todo el recorrido. Ya iré contando más de él, pero de momento me ha dado muy buena sensación. Muy simpático y hablador, en inglés eso sí, así que hay cosas que no le entiendo.

En una hora llegamos del aeropuerto de Kochi a Fort Kochi (40 km y sin tráfico).

Calle en Kochi

Me gusta lo que voy viendo por la ventana. Es Asia con todo su caos, y es muy verde. Veo pocas vacas y muchas cabras.



El hotel, Fort Manor, tiene una recepción muy espartana. Es una sala de 4x4 con las puertas abiertas de par en par y una mesa con un ordenador. Y ya. 

La llave de nuestra habitación es la de la 204, pero nuestra habitación es la 205. No tiene ascensor pero la habitación es enorme y está muy limpia. Suficiente.

  

Tras instalarnos, Prabhu nos lleva a comer a un restaurante “barato, bueno y con comida que no pique”. El restaurante Seagull es el elegido, a la orilla de uno de los canales (artificiales) de Kochi.

Si querías beber cerveza, tenías que colocarte en una zona más resguardada. Entiendo que no está muy bien visto, pero desconozco el motivo.


Pedimos un arroz frito con pollo, noodles con gambas y unos chapatis (tortas de pan redondas y finas como crepes). Muy barato, ni 3 euros cada plato. Y rico. Y sin picante. Y a la orilla del agua. No se puede pedir más.

De ahí, nos dirigimos a la Sinagoga.  No se pueden hace fotos dentro. Cuesta 5 rupias la entrada y la verdad es que no dice mucho…


Damos un pequeño paseo (de 2 minutos) viendo tiendas hasta el Palacio del Holandés. También son 5 rupias la entrada pero este sí merece mucho la pena. Tampoco dejan hacer fotos pero tiene unos frescos, que, aunque mal restaurados, son increíbles.


Vamos a la Catedral de la Santa Cruz, que sorprende por dentro.



En Princess Street conseguimos cambiar a 73’4 rupias el euro, en una de las pocas tiendas que hay abiertas. Hoy termina el ramadán y hay mucha población musulmana en Kochi, así que casi todo está cerrado. De ahí decidimos dar un paseo hasta las redes chinas (ya no nos da tiempo a ver la Iglesia de San Francisco), así que nos despedimos de Prabhu y quedamos con él mañana.


Hay mucho ambiente en la zona del paseo marítimo. Por la fiesta, supongo. 

Nos perdemos intentando llegar a hotel, pero al final un chaval nos ayuda y llegamos.

Menudos dos días más largos. Vamos a reestructurar las maletas para el resto del viaje y a descansar, porque mañana nos vamos a Allepey.