India de nuevo, parte 7

Domingo, 31 de Diciembre de 2017 y Lunes 1 de Enero de 2018.

¿Recordáis aquel viaje al sur de la India, cuando llegamos a Jaipur, que os dije que no iba a hacer turismo, y que os lo contaría en otro post?

Pues un año y medio después, ha llegado dicho post.

Salimos de Bikaner muy prontito, camino a Jaipur. Queremos llegar lo antes posible porque tenemos unos muy buenos amigos viviendo allí.



Con ellos pasamos en 2016 3 días en Jaipur, en los que de todos los lugares turísticos, sólo llegamos a visitar dos: el fuerte Amber y el palacio de los vientos, por fuera.
Esta vez vamos a pasar tanto la nochevieja como el año nuevo con ellos.

Una nochevieja mezcla de cultura india y española: jamón serrano, queso y vino, con cordero indio bien especiado y apenas picante, con todo tipo de snacks indios. Cenando en sari, eso sí.

Viendo entre bocado y bocado una gala de Bollywood, con sus correspondientes coreografías, playbacks, etc.

Y uvas, muy estrechas y negras, pero las comimos a las 00 hora india, con un video de las campanadas del año anterior.



O sea, que técnicamente celebramos la llegada del 2017 en lugar de la del 2018... :D

Al día siguiente, ventajas de India, no es fiesta en el país, así que todas las tiendas están abiertas.

Nos fuimos (las mujeres, los hombres se quedaron en casa) a comprar al bazar que está al lado del palacio de los vientos unos cuantos souvenirs que no me pude llevar en mi anterior viaje.

Siempre he dicho que hay algo especial en volver a un sitio, y quizás es esa falta de elemento sorpresa, o la falta de saber que no vas a perderte tanto si no tienes todos tus sentidos agudizados.


La normalidad de la rutina... supongo. De todas maneras, ir caminando desde la entrada a la ciudad vieja hasta el bazar, sorteando todo tipo de obstáculos por el camino (tuktuks, puestos, gente, basura...), sin darle ningún tipo de importancia, como si camináramos por Gran Vía un día cualquiera... me hace sentir bien.

No se parece en nada a mi primer contacto con India el año pasado, en el que escenas similares me superaron totalmente.

La verdad es que efectivamente me siento feliz. Me gusta India, no lo voy a negar.

Y me gusta conocer la India "del día a día". La de las tiendas en zonas no turísticas con precios fijos, en las que el beneficio diario no se basa en intentar estafar al turista.


La india de volar cometas desde la terraza de casa.

La de hacer chapatis antes de cada comida (excepto si hay arroz, costumbre que no comparto... pero al menos ahora entiendo por qué los indios me miran raro cuando como chapatis y arroz a la vez). 

La de las vacas que se acercan a recibirte a la puerta de casa.

Como he dicho, la India del día a día.

Aquella por la que próximamente, publicaré un video:



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