Domingo 31 de marzo de 2013

Camello en Tozeur

Tal y como decidimos anoche, no hemos ido a las cascadas. No merecía la pena 2 horas de coche para bajar 15 minutos a ver una cascada, por muy mona y turística que sea. Y no nos arrepentimos.



Madrugamos (a las 6 de la mañana, con la tontería del cambio de hora español –que no tunecino- el móvil nos jugó la mala pasada de cambiar la hora), y bajamos al desayuno. Correcto, unos trozos de pan (menudas barras de pan que se gastan aquí, por 20 céntimos de euro tienes una barra tan larga como una baguette y casi el doble que una del mercadona), un bizcocho como de chocolate muy rico, dos mermeladas de membrillo, quesitos, un té (de bolsa!!!) y un café. Y, nos hemos ido a dar un paseo por Tozeur, por la medina. Es muy muy pequeñita, pero muy típica con los ladrillos hacia fuera. Aun siendo pequeña, nos hemos perdido siguiendo a un gatito muy mono. Giro aquí, giro allá, y cuando vuelvo a girar me encuentro con una cabra mascando un plato de plástico, en un patio de una casa. Ups!

Después de dar unas vueltas y de comprar una barra de pan y agua, hemos vuelto al hotel a recoger y pagar. Y nos hemos metido un poco con el coche por el palmeral. Habría estado genial tener más tiempo en la ciudad para pasear tranquilamente por el palmeral y ver bien bien todo, pero es lo que nos daba tiempo.



Luego hemos cogido el coche y hemos bajado hasta Chot el Jerid, un lago salado y por tanto blanco pero que, como debe haber llovido hace poco, o no hacía sol (y gracias a dios, porque si no nos habríamos puesto morenos en el coche), estaba algo mas arenoso y marrón. 



Hemos parado unas cuantas veces a hacer fotos, pero saltándonos las paradas típicas de los tours. Después de bastante rato (hemos comprobado que por mucho que ponga google de margen para hacer los recorridos, si pone 20 km se tarda 20 minutos, si pone 100km se tardan 100 minutos, etc, los “kilómetros tunecinos”) llegamos al final del lago.

Tras atravesar Kebili y pasar el pueblo hemos parado en un arcén a comer. Y después, a Douz, tranquilamente. Hemos pasado por el pueblo y no había nada interesante, asi que directamente a la “zone touristique” que es donde están las agencias que hacen excursiones por el desierto. No nos decidíamos entre quad y camello, porque el camello es muy típico, pero hacía calor, y una hora balanceándote en el camello…. No apetecía. Asi que, al quad! Y, genial. Precioso todo el paisaje con las dunas, la arena finísima, como harina…


Al acabar, y después de 400 fotos (y una botella de arena que nos traemos), hemos acercado a nuestro guía de los quads a Douz en coche. Y como hemos visto en las guías que Douz efectivamente no tenía nada que ver, cambiamos la ruta y fuimos a Zaafrane, un supuesto pueblo comido por la arena, que no era tal, pero que sí estaba a medio construir y algo vacío.

El paisaje, nada de dunas y desierto, sino palmerales por todos sitios. Hay bastantes oasis por esta zona…

Rumbo a Matmata después. Parando varias veces, los arcenes son anchos asi que se pueden hacer fotos aparcando en cualquier sitio. Y sí, hoy me ha parado la policía, más bien un militar, rifle en hombro, cigarro en mano. Qué mala suerte tengo oye, me los encuentro a todos.


También estuvimos buscando el pueblo abandonado de Tamezret, pero no lo hemos visto, sólo el actual y “nuevo”. Paisajísticamente pasamos de los oasis y palmeras a llanuras con piedras y 4 matojos, y luego a montañas que hemos tenido que subir y bajar.


Y llegamos a Matmata. Un pueblo en una ladera con casas desperdigadas, más aldea que pueblo. Paramos en el hotel Sidi Driss, que es donde rodaron escenas  de la guerra de las galaxias, y para el hotel cueva este. Está bien, algo pequeños y oscuros los baños comunes… pero sobreviviremos.


También dimos un paseo a buscar cuevas trogloditas, y encontramos un par. Fotos, agua, galletas y aquí estamos. Cenaremos dentro de poco, entra media pensión. A ver qué nos dan. Y mañana, a Mahdía!