Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia AfricatComo ya os he comentado en la entrada anterior, Okonjima es una reserva natural, sede de la asociación "cuida-gatos" Africat.

Tras un tortuoso y embarrado camino, llegamos hasta nuestra parcela de camping, a la que un jeep de 3 filas escalonadas viene a buscarnos a eso de las 15:30 para comenzar nuestro safari, aunque previamente paramos en el centro de recepción de clientes, "Plain's Camp". 

Allí nos dicen que tenemos que esperar a más gente, y nos invitan a un café y un trozo de tarta.

Me acerco a preguntar a recepción si tienen gasolinera aquí (os recuerdo que se nos olvidó llenar el depósito en el último pueblo). Nos dice que tienen una que usan ellos de manera privada, y que la más cercana está en Otjiwarongo (la que nos saltamos hace 70 km).

Tenemos un pequeño problema debido al despiste de ayer: mañana tenemos que estar a las 10:30 en Erindi para poder realizar una actividad, así que no tenemos tiempo de ir hasta Otjiwarongo (norte) y llegar a Erindi (sur) a tiempo... y no creemos tener gasolina suficiente para llegar a la siguiente gasolinera (hacia el sur, pasado Erindi), en Okahandja.

Decidimos comprar una lata de gasolina, que son 10 litros, aunque cueste a precio de oro (vale el doble que en las gasolineras). Y al menos ir algo más tranquilos.

Ya sabéis que, un problema que se soluciona con dinero, no es realmente un problema.


Buscando guepardos


Nos presentan a nuestros dos compañeros de viaje: una pareja de ingleses (qué acento más maravilloso) de unos 55-60 años de edad, que llevan ya una noche (y les queda otra) en Okonjima.

Entrar en Okonjima se asemeja un poco a entrar en Jurassic Park: los radiotransmisores de los guías, la cantidad de verjas que hay, electrificadas, las puertas, y sobretodo el silencio sepulcral que mantenemos los 4 en el coche.

El guía nos va contando cosas por el camino. Tienen zonas cercadas donde rehabilitan a los guepardos y demás gatos grandes que les trae la gente (granjeros por ejemplo, cuando se encuentran una camada cuya madre ha muerto o la han matado), hasta que ya alcanzan una cierta autonomía y pueden soltarlos en la reserva natural.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat
Panel con los guepardos que van a soltar en breve

Estos animales nunca serán totalmente autosuficientes, en particular los guepardos, que pierden los instintos de caza y supervivencia... pero es un pequeño precio a pagar sabiendo que la alternativa es morir de pequeños.

Accedemos al primer recinto, en el que habitan dos guepardos a los que tenemos que buscar.

"Anything with a spot is a cheetah", nos dice el guía.

Y comienza el juego (por eso lo llaman "Game Drive"): escudriñamos con la mirada detrás de cada hierba, árbol y arbusto, hasta que alguien dice: ¡ahí!

Y sí, ahí están.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat


A dos metros, los dos guepardos más bonitos que he visto nunca.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

Son gatos grandes. O bueno, más bien parecen gatos, pero no lo son. Estos animales, que son los felinos más veloces que existen, parece imposible poder librarte de un ataque suyo pero no es así: sus uñas no son retráctiles, así que no pueden mantener mucho tiempo esa velocidad que los hace tan famosos. Además su cabeza es pequeña, al igual que sus dientes.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

Están hechos para alcanzar velocidades rápidas en muy poco tiempo, así que su manera de cazar es echar una carrerilla, desestabilizar a su presa golpeándola en sus cuartos traseros, y cuando ya se ha caído al suelo asfixiarla mordiéndole en el cuello.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

¿Os habéis imaginado la escena? Pues yo solo tengo ganas de bajar y achuchar a uno de estos gatitos (cosa que claramente no hago).

Cuando acabamos en este recinto, pasamos al siguiente. Aquí nos esperan 3 guepardos, dos machos y una hembra. A punto de ser liberados en la reserva.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

Preciosos a la vez que vagos. No se levantan del suelo ni para posar...

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

Llega ahora un momento que a mi me pone algo nerviosa. Mientras nos contaban las virtudes de los guepardos, también nos iba comparando sus características con las de los leopardos.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

Por ejemplo, así como los guepardos no asocian a los humanos con comida (aunque sean los humanos quienes les alimenten, de manera oculta), los leopardos sí: dale un día un filete a un leopardo, y al día siguiente o se lo vuelves a dar, o te come.

Los guepardos son mucho más tranquilos, y como ya he dicho, pierden ese instinto de caza (supongo que, a no ser que tengan mucha mucha hambre), pero los leopardos no: acércate a uno y si tiene algo de gusa, te zampa.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

Y, ¿qué vamos a hacer ahora?. Alimentar a un leopardo (¡yupiiii!).

No tengo ni idea de cómo va a ser esta actividad, pero desde luego que si se trata de parar el coche al lado del animal (como hemos hecho con el guepardo) y darle de comer... uf.


Alimentando a un leopardo


Pero no. Creo que los cuatro íbamos a ciegas en esta actividad. Nos mandaron entrar por una puerta en un edificio de cemento, sin saber si el leopardo estará ahí o dónde. El interior está a oscuras: sólo hay una fila de sillas de plástico con una abertura en plan ventana, de unos 40 cm de alto, que va de derecha a izquierda.

Dicha ventana está cubierta con una gruesa reja.

Desde el exterior de la pared del cuarto hay 4 cables que parecen electrificados.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

Al lado del último cable electrificado, a unos 4 metros de nosotros, se encuentra una leoparda que pasea con impaciencia de lado a lado de la ventana.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

Sabe que no puede lanzarse, aunque el guía nos comenta que cuando vienen niños que son más pequeños que ella, alguna vez ha llegado a lanzarse contra la ventana, aun a sabiendas del chispazo que se llevará.

"Los leopardos no evalúan, sólo actúan". Si ven que tienen una oportunidad, la aprovechan.

Estoy impresionada.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

Nos quedamos en silencio y el guía levanta un poco la verja que tapa la abertura de la ventana. La leoparda sigue paseando, se le oye una respiración agitada y pesada. Casi rugiendo. Sabe que es la hora del almuerzo y parece hambrienta.

Esperamos a que llegue el otro jeep de turistas. No sé quiénes son, pero parecen una expedición del National Geographic. Menudas cámaras se gasta la gente por estos lugares.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat
National Geograhic, esta foto es mía. ¡Contratadme como freelance!

Nos avisan de que la van a alimentar. Para ello tienen preparado un tronco de árbol a través del cual le lanzan la comida (algo así como los tubos en los que se mandan el dinero en Mercadona).

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

De repente sale la comida y la leoparda la coge. No se nos oye ni respirar.

Creo que estamos todos alucinando con lo que vemos.

De repente alguien presiona el botón de la cámara de fotos y ese "clic" nos hace reaccionar y ponernos a hacer fotos para intentar retener esos momentos de alguna manera.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

Yo me voy pegando a estos fotógrafos profesionales. Digo yo que si pagan tanto por una cámara, sabrán cuál es el mejor ángulo...

Mal mal, no me quedan. Y sin ser una reflex :D.

No sé la de tiempo que estamos allí, pero hago 200 mil fotos. Es simple y llanamente alucinante.


Después de eso, regresamos al jeep y nos llevan al centro de interpretación, donde nos cuentan las tareas que realiza Africat (que me han parecido interesantes y de buena voluntad) y luego a recepción.

Allí nos tomamos unos refrescos con esta pareja de ingleses, mientras comentamos lo vivido tanto hoy como el resto de tiempo que llevamos por Namibia.

Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat

Son muy majos. Esto creo que es una de las cosas que he echado de menos en este viaje en Namibia: encontrarme con gente amable con la que poder charlar un poco (yo, que hablo con todo el mundo).

De vuelta a nuestro campamento ya ha anochecido. Nos espera allí una lata de gasolina que aunque dicen que tiene 10 litros, por el peso calculamos que puedan ser 20.
Leopardos y guepardos en Okonjima Namibia Africat
Dos de los guepardos que vimos :)

Una aventura sólo apta para forzudos y mañosos esa de rellenar el depósito con un embudo medio roto y sin más luz que la linterna del móvil... no creo que me quite el olor a gasolina de mis manos ni en diez años.

Mañana madrugamos para ir a Erindi.


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